El nuevo vecino.
Hola, soy Daniel, tengo doce años y soy el vecino de Luna. La primera vez que la vi pensé que era una chica muy extraña. Parecía un fantasma, tan blanca y con unas ropas tan oscuras. ¡No la dejaban salir de casa! Tampoco iba al colegio. Ella opina que es horrible, pero ¡qué suerte no ir al COLEGIO! Aunque pensándolo bien si no pudiese salir a la calle, ni jugar con mis amigos sería el peor de los castigos. Así que, si el colegio es el precio que hay que pagar no es algo tan malo, después de todo. Luna es muy simpática y nos hemos hecho muy amigos, aunque no se lo podemos decir a nadie. Sus padres tienen la extraña idea que un terrible peligro acecha a la familia y no la dejan relacionarse con nadie. Yo creo que están un poco locos. ¿Qué tipo de peligro puede tenerte encerrado en casa toda la vida? Lo mismo opina Luna, ella quiere llevar una vida normal como cualquier niña de su edad. Por ahora nos conformamos con vernos en su jardín. Hablamos, nos reímos, le estoy enseñando a jugar al fútbol. Ella le pone mucho interés, pero está claro que no ha nacido para esto.
Dentro de poco será mi cumpleaños, voy a celebrarlo con una fiesta en mi jardín. Quiero que venga Luna, se ha convertido en mi mejor amiga y tiene que estar allí. ¿Creéis que aceptará mi invitación?
Daniel
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